lunes, 22 de septiembre de 2008

cuando recuperar el valor del placer se convierte en arte de saber vivir

Es frecuente, por no decir cotidiano, encontrarse con gente a nuestro alrededor que, sin darse cuenta, han ido perdiendo la capacidad de sentir placer con las cosas que hacen, con las vidas que viven; y se traducen en vidas transitadas por un camino tibio y anodino, donde nada está mal, pero tampoco hay nada que haga realmente disfrutar.!que felices y sanos seríamos! si recuperásemos con cierta frecuencia nuestro niño interior, !que fantástico poder disfrutar de aspectos banales de los sentidos:el juego, la comida, las caricias, los abrazos, las cosquillas, la palabra o el sonido...y una lista interminable de aspectos eróticos de la vida. si he dicho bien, el placer mantiene vivo el erotismo, y este no solo lo desarrollamos desde el punto de vista sexual, sino estoy hablando de nuestra conexión erótica con la vida, que es un concepto mucho más amplio referido a nuestra fuerza y alegría vital.todos buscamos la felicidad-vista como algo ideal, espiritual,global; en cambio no conseguimos experimentarla precisamente por eso, porque mientras la esperamos,(los adultos)nos desconectamos del disfrute de lo que nos rodea, del "aquí y ahora".Nos pasamos el tiempo haciendo cosas para que "en un futuro" o con el tiempo nos de la felicidad; convirtiendo,absurdamente el placer en un hecho intelectual más que en un hecho sensitivo; y no nos damos cuenta que el placer es sensorial, no intelectual.

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